Cuáles son las Consecuencias de ser fumador social
Fumador social, una expresión que surge a consecuencia de la aparición del hábito de fumar solamente en determinados entornos y con ciertos grupos de personas. Aunque no lo parezca, por no ser una costumbre de todos los días, implica un riesgo para la salud. Conozcamos más sobre este concepto y descubramos sus consecuencias.
¿Qué es un fumador social?
Se considera fumador social a quien enciende un cigarro en eventos, con un grupo de amigos concretos o en el momento del café de los domingos. Se trata de un concepto que ha adquirido más conciencia en los últimos tiempos, donde no solamente existen fumadores y no fumadores. Es una práctica habitual y extendida que se cree más saludable que la de fumar todos los días.
¿Qué lo diferencia de los fumadores usuales? Que se trata de un hábito únicamente social, que no se desarrolla si no es en esas condiciones. Además, creen que no corren tantos riesgos como un fumador habitual, puesto que tienen una falsa sensación de control. Esto deriva en que un alto porcentaje de fumadores ocasionales acaban convirtiéndose en habituales, lo que entraña una mayor dificultad a la hora de deshacerse de esta adicción.
¿Cuáles son los riesgos de ser fumador social?
Este hábito, que parece menos peligroso que el de un fumador habitual, conlleva igualmente una serie de riesgos que en la mayoría de los casos no se tienen tan en cuenta como se debería:
- Mayores probabilidades de enfermedades respiratorias y de desarrollo de cáncer de pulmón. Un estudio realizado por la Universidad de Columbia ha concluido que entre la población no fumadora casi un 2 % padeció enfermedades respiratorias, y casi un 1 % cáncer de pulmón. Sin embargo, entre fumadores sociales este porcentaje aumentó hasta el 3,3 % y el 4,7 % respectivamente. Unas cifras que deberían alarmar incluso al que únicamente coge un cigarro un par de veces a la semana.
- Aumento de la presión arterial. Puede parecer que el tabaquismo intermitente no provoca este tipo de problemas de salud, pero sí eleva el riesgo de obstrucción arterial, lo que desemboca en mayores probabilidades de desarrollar colesterol y enfermedades cardiovasculares que ponen en riesgo la vida.
- Más infecciones respiratorias. Porque el problema no está solo en el tabaco que se consume, sino que, al estar en ambientes y grupos sociales donde los demás también son fumadores, se acaban corriendo los mismos riesgos en mayor o menor medida. Ser un fumador pasivo también puede poner en riesgo nuestra salud.
- Altas probabilidades de adquirir una adicción real. Por mucho que se crea que se puede controlar y que nunca pasará de ser un hábito ocasional, la mayoría de los fumadores sociales acaban por transformarse en fumadores regulares.
- Problemas de fertilidad, enfermedades coronarias y todo tipo de problemas gástricos. El riesgo de adquirir cualquier otra enfermedad propia de un fumador habitual es certero, pues siempre existe más probabilidad con respecto a una persona que tenga hábitos saludables en su día a día.
Dejar de fumar con láser
Llegar al punto de fumar en ciertos entornos, eventos y grupos sociales tiene retorno. Es mucho más sencillo comenzar a dejarlo desde aquí que más tarde, cuando se llega a ser un fumador habitual. ¿Qué opciones existen? Técnicas de relajación, chicles de nicotina, parches… Un sinfín de opciones tradicionales. Pero ¿sabías que es posible dejar de fumar con láser? Se trata de una técnica que aplica láser en determinadas zonas del cuerpo tradicionales en acupuntura, eliminando con ello el síndrome de abstinencia.
Así, será mucho más sencillo dejar el tabaco en el punto de ser fumador social que partiendo de ser un fumador habitual. Gana en salud de la forma más fácil y rápida.