¿Qué es la abstinencia?
La nicotina es un medicamento que afecta a muchas partes del cuerpo. El paso del tiempo hace que tu cuerpo y tu cerebro se acostumbre a tener nicotina. Entre el 80% y el 90% de las personas que fuman habitualmente son adictas a la nicotina. Si decides dejar de fumar, tu cuerpo tiene que acostumbrarse de nuevo a funcionar sin nicotina. Esto es la abstinencia.
Tener unas elevadas ganas de fumar, tener dificultad para dormir y estar triste o irritable son síntomas comunes. Algunas personas que han dejado de fumar cuentan que sentían como si estuvieran resfriados. Los síntomas más intensos suelen durar desde unos días hasta unas pocas semanas. Controlar los síntomas de abstinencia te ayudará a sentirte mejor y a manejar los momentos más difíciles.
Frecuentemente, los síntomas de la abstinencia son más fuertes durante los primeros siete días después de dejar de fumar. La mayoría de las personas que dejan de fumar sufren durante el periodo de abstinencia y recaen tratando de evitar sentirse de esa forma. El mayor riesgo de volver a fumar se produce durante la primera semana, por lo que es completamente necesario tener claro que quieres dejar de fumar y conocer cómo te vas a sentir.
La nicotina
La nicotina es el principal componente del tabaco y es la que más adicción genera. Solo se necesitan siete segundos para que ésta llegue al cerebro y diez para que se distribuya por todo el organismo.
Cuando fumamos nuestro cuerpo libera endorfinas. Esto es así porque, en el momento en el que la nicotina llega al hipotálamo, ésta estimula al cerebro para que produzcan sustancias inherentes a situaciones estresantes. Por este motivo, el tabaco nos hace experimentar esa sensación de placer y alivio. Sin embargo, esa felicidad no dura demasiado. Al pasar alrededor de veinte minutos, el cuerpo vuelve a demandar segregación de endorfinas y ese es el momento en el que volvemos a sentir esa necesidad, e incluso deseo incontenible, de fumar un cigarro. Esta situación genera una dependencia física a esta sustancia y si no se consume la dosis necesaria comienza el proceso conocido popularmente como “el mono”.
¿Qué incita a fumar a tabaco?
Conocer qué te incita a ti te ayudará a mantener el control y a permanecer con la mente distraída. Además de las ansias de consumir un cigarro, las situaciones cotidianas pueden incitarte a volver a fumar. Otros factores que pueden provocar en ti un deseo de fumar son los sentimientos, los estados de ánimo, las rutinas e incluso los lugares por los que te mueves día a día.
Otros incitantes son:
- Comenzar el día
- Tomar un té o un café
- Sentir estrés o tensión
- Conducir o estar en un coche
- Estar en compañía de fumadores
- Disfrutar de una comida
- Beber alcohol
- Sentir aburrimiento
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