“Me sometí al láser y salí como nueva”
Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, celebrado el pasado 31 de mayo, han salido a la luz muchos artículos de historias reales, anécdotas personales, historias de superación, en las que los fumadores nos cuentan todo lo que han llegado a pasar para dejar de fumar. La revista digital Uppers nos ha elegido a nosotros, Laser Stop Tabaco, en este Día Mundial Sin Tabaco para que relatemos la eficacia de nuestros método por medio de la experiencia personal del paciente.
Paloma y Ricardo han decidido recurrir a un método para dejar de fumar, después de media vida consumiendo esta sustancia. Y lo han logrado. Por eso hoy, desde Laser Stop Tabaco queremos dejar reflejadas sus palabras en este post para ayudar a concienciar a los que no confían que dejar de fumar es posible si verdaderamente se intenta.
Primero de todo hay que entender que hace unos años el tabaco se asociaba al glamour. Fumar era para muchos una actividad que te volvía interesante, se asociaba también a la rebeldía adolescente, un signo de poder. De hecho, hasta en el cine se utilizaba el tabaco para generar en los personajes una imagen empoderada. Evidentemente, esto era toda una nube publicitaria que no nos permitía ver lo verdaderamente importante, los problemas de salud que venían ligados al consumo de tabaco. Los adolescentes no fueron capaces de leer entre líneas y se creó una conciencia social de fumadores. “De joven no me daba cuenta de lo que significa”, explica Ricardo en la entrevista para la revista digital Uppers.
Afortunadamente, y como bien explica Ricardo en esta entrevista, con los años se produjo un cambio de mentalidad. En 2011 salió a la luz una ley que prohibía el consumo de tabaco en espacios públicos cerrados, evitando así, hasta cierto punto, esta actitud de fumador social tan negativa, tanto para la propia salud del fumador, como para la de su entorno. Años después se publica una nueva ley en la que se obliga a incluir los efectos negativos del tabaco en la propia cajetilla, a modo de advertencia.
“Nunca es demasiado tarde, cualquier edad es buena”
En ocasiones, las personas tenemos un concepto erróneo del tiempo, si hemos hecho algo mal durante más de la mitad de nuestra vida, creemos que ya no estamos a tiempo de remediar nuestras acciones. Paloma nos demostraba lo contrario. “Nunca es demasiado tarde, cualquier edad es buena”, indicaba en la entrevista a los redactores de Uppers. El problema no es que sea tarde para dejar de fumar, el problema es que no sabemos como lograrlo.
Llegados a una edad, todos tratan de dejar de fumar, y más hoy en día cuando nos llega tanta información sobre las consecuencias de esta sustancia, no solo en nuestra salud, sino no en la de nuestros convivientes o familiares. Es en este momento en el que los fumadores recurren a los métodos más tradicionales para dejar de fumar, y es posible que alguno lo consiga, pero muchos vuelven a caer y se genera con esto una sensación de frustración que te puede llegar a impedir intentarlo nuevamente. Ricardo asegura haber pasado también por este proceso, y esto es para él. Un proceso por el que es necesario pasar antes de abandonar totalmente el tabaco. “Creo que forma parte del proceso; no creo que haya que vivirlo como algo negativo o traumático”.
Ricardo tuvo un encuentro que lo hizo cambiar de parecer, encontró un ejemplo a seguir y solo fue necesario un cambio de mentalidad y la decisión de tomar las riendas para dejar el tabaco definitivamente después de toda una vida de consumo y unos 30 cigarillos al día.
El láser como solución para dejar de fumar
El caso de Paloma fue algo distinto. Se le detectó un problema grave de salud y en consecuencia se le obligó a dejar esta sustancia. La pregunta es: ¿Cómo dejamos el tabaco sin pasar por este proceso que comentaba Ricardo, por esta conciencia y fuerza personal?
Paloma encontró la solución en Laser Stop. Asegura que solo fue necesaria una sesión. “Dejé de fumar desde el primer día”, explica y añadía, “el último cigarillo me lo fumé antes de entrar en la clínica”.
Nuestro Roberto Flores, propietario de Laser Stop Tabaco, explicaba a la revista cómo podía ser esto posible. “Se estimula una serie de puntos y conseguimos que el propio cuerpo segregue endorfinas. Esa liberación dura de 15 a 18 días, el tiempo que tarde el cuerpo en adaptarse a una nueva situación”, explicaba nuestro experto.
Evidentemente el factor psicológico que explicamos con el caso de Ricardo, es decir, la disposición de dejar de fumar tiene que existir, sino es imposible que este láser tenga efecto sobre nuestros pacientes. Puede ser un proceso más largo, en el que sea necesario pasar por recaídas y bajones, o puede ser un golpe con la realidad, en el que te das cuenta de que tu vida depende de tu decisión.
Ya lo sabes, si quieres saber más sobre nuestro método, visita nuestra web o ponte en contacto con nosotros. Para consultar la entrevista completa de Uppers visita este enlace.
